Llegaron a conocerse tanto mientras se le soldaban los huesos de la mano, que él mismo se asombró de la fluidez con que ocurrió el amor cuando ella lo llevó a su cama de doncella una tarde de lluvias en que se quedaron solos en la casa.
El rastro de tu sangre en la nieve, Gabriel García Márquez.-
2 comentarios:
el último de esos geniales doce cuentos peregrinos. y mi favorito.
q buen cuento, q buen libro, q buen autor. de mis predilectos :)
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